La saga The House of Da Vinci ya tiene un camino recorrido dentro del género de puzles (o puzzles), con tres entregas principales que han logrado destacar por sus acertijos mecánicos y ambientación renacentista.
Ahora, la franquicia da el salto a la realidad virtual. Luego de su paso por SteamVR y Meta Quest, finalmente aterriza en PSVR2 con una versión completamente adaptada del primer juego.
En esta edición reimaginada, te pondrás en la piel del discípulo de Leonardo da Vinci para explorar su casa y taller, mientras investigas su misteriosa desaparición.
Historia – Misterio renacentista, excusa funcional
Como discípulo de Leonardo Da Vinci, llegas a su taller justo después de que él haya desaparecido. Tu tarea es clara: explorar su espacio de trabajo, buscar pistas y descubrir qué lo llevó a huir y esconderse.
Aunque el juego plantea un misterio, la narrativa cumple una función más práctica que dramática. Sirve como hilo conductor, pero no esperes grandes giros ni revelaciones memorables.
Afortunadamente, esto no es un defecto grave. Al tener una historia sencilla, es posible jugar en sesiones cortas sin perder el ritmo, lo cual va muy bien con el estilo pausado y cerebral que exige cada acertijo.
Jugabilidad- Ingenio mecánico en un espacio limitado
Como ocurre con muchos juegos de realidad virtual, el desplazamiento está limitado a puntos fijos. No puedes moverte libremente por el entorno, pero tampoco lo necesitas: todo está diseñado para que interactúes con mecanismos desde una posición fija.
Los puzles evolucionan progresivamente. Al principio, resuelves mecanismos simples, pero con el tiempo comienzan a entrelazarse en secuencias complejas. Algunos desafíos van desde resolver patrones numéricos hasta manipular piezas mecánicas de una caja fuerte para conseguir una llave que activa otro mecanismo, y así en cadena.
- Guante que permite ver pistas y mecanismos ocultos.
- Guante que permite ver ecos del pasado.
Gracias a la realidad virtual, interactuar con catapultas, ruedas dentadas y compuertas es muy satisfactorio. Para ayudarte, cuentas con dos guantes especiales: uno revela mensajes y mecanismos ocultos, y el otro te permite ver ecos del pasado, como a Leonardo resolviendo acertijos, lo cual sirve como pista clave para avanzar.
Estos guantes no facilitan en exceso los acertijos. Más bien, se integran de forma orgánica como herramientas necesarias. Hay situaciones donde no hay forma de avanzar sin ellos. Por ejemplo, ver a Leonardo manipular una serie de palancas en un orden específico es la única pista para saber cómo hacerlo tú. Funcionan como una extensión del diseño de los acertijos, no como atajos de dificultad.
Entre tuercas sueltas y sensores mal calibrados
Sin embargo, no todo funciona como debería. La implementación de controles en PSVR2 es uno de los puntos más flojos del juego. Para interactuar con piezas pequeñas, se requiere usar el dedo índice, pero el juego no aprovecha el sensor háptico del botón R1. En su lugar, el dedo se levanta automáticamente al acercarse a un objeto interactivo, lo que genera problemas de precisión.
Además, al tratar de girar o deslizar piezas pequeñas, el movimiento es errático. El dedo tiembla o se mueve en direcciones inesperadas, lo cual puede romper por completo la inmersión. Aunque el juego incluye una herramienta de calibración, su interfaz es poco intuitiva y no soluciona del todo los errores.
A eso se suma que, aunque el juego se puede jugar sentado, la experiencia resulta más cómoda al estar de pie o jugar a escala habitación. La falta de desplazamiento libre hace que, si estás sentado, tus manos constantemente salgan del área jugable, lo que dificulta manipular mecanismos cercanos o grandes. En cambio, al jugar de pie, puedes rodear los mecanismos, observar mejor sus componentes y resolver los puzles con mayor precisión.
Gráficos y sonido- Visuales sobrios y mecanismos protagonistas
No es el juego de VR más avanzado visualmente, pero en comparación con el título original, este salto técnico es más que notable. La estética apunta al realismo sin llegar a lo fotográfico, con entornos cerrados y buena atención al detalle.
- Detalle de los mecanismos.
- Primer escenario, una de las pocas vistas exteriores.
La verdadera estrella aquí son los mecanismos. Cada engranaje, palanca y bisagra tiene su lugar y función. Verlos en acción es un deleite, especialmente si eres fan de los vídeos de Rube Goldberg o de mecanismos elaborados. No hace falta ray tracing ni texturas hiperrealistas para apreciar la belleza funcional de cada rompecabezas.
En cuanto al sonido, cumple sin destacar. La música pasa desapercibida, pero los efectos mecánicos son precisos y ayudan a la inmersión. Eso sí, se extraña una opción para silenciar la música y usar Spotify, algo que sería ideal para quienes prefieren resolver acertijos con su propia banda sonora de fondo.
- Partes de maquinas manipulables.
- Los escenarios exteriores son bastante sobrios.
- La mayoría de escenarios son este tipo de habitaciones cerradas.
- Pergaminos a través de los que se cuenta la historia.
The House of Da Vinci VR fue reseñado en PSVR2 con una clave proporcionada por Blue Brain Games.